A menudo se plantea la pregunta: "¿Qué es la conciencia?". La conciencia de un hombre se compone de aquello de lo que es consciente o que ha conocido a través de las experiencias de cada vida. El mundo exterior divide la conciencia en subconsciencia, en la que están contenidas las experiencias del pasado que a veces están enterradas en lo más profundo de la naturaleza; la conciencia que comprende las experiencias del presente; y la superconciencia, o el desarrollo superior hacia el que el hombre se esfuerza.
Los estudiantes, al igual que el hombre promedio, están ampliando constantemente su esfera de conocimiento consciente a través de la experiencia cotidiana desde el momento del nacimiento hasta el final de su encarnación.
Muchos hombres y muchas mujeres nunca se esfuerzan por ampliar su esfera de conciencia. Para ellos sólo existe a través de los relatos, las descripciones o las fotografías de los demás, y el empeño les desanima.
Sin embargo, una vez que has logrado el autodominio, aunque vuelvas a los asuntos del mundo exterior, eso es una parte de tu naturaleza y experiencia que nadie puede borrar. Nadie puede arrebatarle a un hombre, ascendido o no ascendido, ninguna experiencia que amplíe su conciencia, ya sea una vista de exquisita belleza en la Catedral de la Naturaleza o la entrada de un alma purificada* en los reinos del Espíritu, pues la conciencia es propiedad exclusiva de cada corriente de vida individual y es una actividad que no puede ser robada ni destruida. Por lo tanto, lo que el hombre construye constructivamente en su conciencia mediante la contemplación y el esfuerzo es suyo para la eternidad.
*El alma y el cuerpo etérico, por supuesto, son uno y lo mismo.
Decreto sugerido
Amada Presencia de Dios "YO SOY" en mí y Mi propio Amado Santo Ser Crístico. Purifica (3) mi conciencia exterior y la de toda la humanidad. Hazla receptiva sólo a Ti y a los Seres Divinos que son Tus Servidores. Ayúdame a mí y a toda la humanidad a abrir las puertas de la conciencia externa sólo a la Verdad y a estar constantemente alerta y consciente de cualquier fuerza enviada de manera invisible que pudiera entrar en la conciencia externa con propósitos destructivos.
¡QUE ASÍ SEA!
"La Edad Dorada permanente entrante, y tu parte en sus instauración". El Puente a la Libertad, INC. Primera edición: 1959
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